23/4/10

Amores.

 



   Pocas veces He hablado aquí de mi familia. Es un tema tan íntimo  que es suficiente con un par de líneas esbozándolo. Pero en ocasiones, porque alguno de ellos esté lejos o porque yo lo sienta más lejano que de costumbre, necesito recordar que existen. Que por ellos, pero también gracias a ellos aprendo cada día la lección de la felicidad como si la felicidad fuese fácil. Que son mi brújula y mi destino.
  
   Los de la fotografía son mi marido y mi hija pequeña. Se llaman Pedro y Cristina como algunos ya sabeis. Pedro me da estabilidad, Cristina ilusión, los dos cariño a raudales. Tengo otros dos hijos y entre todos me anclan a la realidad en un mundo que habría podido ser de locos también para mí. Las fotografías de mis hijos mayores las pondré cualquier día que necesite agarrarme a ellas. Son también muy guapos. Soy una mujer de fortuna, por lo menos en amores, lo que no está nada mal.

                         Chity Taboada Pardo.
 

20/4/10

LISBOA

 


LISBOA


 Farei que Amor a todos avivente,

 Pintando mil segredos delicados,
 Brandas iras, suspiros magoados
 Temerosa ousadia, e pena, ausente.

          Luis de Camoens





     Si los olores son capaces de hacernos recordar lugares en los que hemos estado, retrotraernos a situaciones que ya forman parte del ayer, cada vez que huele a café en mi cocina, lo que acontece varias veces al día, me traslado, por un rato a la ciudad de Lisboa. Y constato una vez más que Lisboa es preciosa y que es difícil encontrar una imagen que la defina o abarque por completo su belleza.

Lisboa es preciosa en sus avenidas, en sus jardines adormilados y exóticos, en sus palacios coloniales y decadentes. En la música melancólica del fado y en la elegancia y amabilidad un poco antigua de los lisboetas.
        
Lisboa es preciosa, no solo porque construyó el Monasterio de Santa María de Belém para conmemorar el regreso de Vasco de Gama, sino porque encargó a los Monjes Jerónimos,  que en él se dedicaran a rezar por el Rey y por los marinos que descubrían nuevos mundos para la corona portuguesa. Y es preciosa también porque junto a Reyes y Marinos ilustres, enterró a Camoens  y Pessoa, los poetas  que mejor supieron cantarla.
  
Lisboa es preciosa porque para mirarse ha elegido el espejo del Tajo; porque es amable y sin embargo altiva, como corresponde a su belleza; porque conserva el surco de algunos tranvías que son capaces de transportarte al séptimo cielo y  te eleva dos pisos sobre el aire dentro de un ascensor decimonónico. Y es preciosa porque tiene Alfama, con San Vicente de Fora, mausoleo de los Reyes de la Casa de Bragança, porque se pone elegantísima en El Chiado para salir de compras y sentarse en cualquiera de las terrazas que se encuentran diseminadas por las calles de este barrio.

Pero sobre todo Lisboa es preciosa porque huele a café. y porque guarda en la memoria los versos que Pessoa, sentado en una mesa de La Brasileira, escribía en servilletas de papel cuando no tenía a mano otra cosa, y convertía los versos después en pájaros que el aire repartía por el cielo de la ciudad que amaba.

                           Lisboa es preciosa porque huele a especies.
              
                           Porque como ahora mismo en mi cocina, Lisboa huele a café.

 
Chity Taboada Pardo.

15/4/10

Paisajes



Las islas,
igual que una acuarela de si mismas
surcando el horizonte.
Azul contra el azul.
Azul sobre el azul.


Chity Taboada Pardo



 

7/4/10

Atardecer en Vigo

  

                 De verdad que no pensaba en colgar en el blog esta foto. Quienes conocéis mi casa, ya habréis adivinado que no está sacada desde ella. Desde casa se ven las islas, pero no el puerto. La fotografía la puso en Facebook mi sobrina María y es tan bonita a pesar de amenazar un buen chaparrón, que se me antojó traerla aquí..                                                                                                                                          

¿Tuve razón? Tuve cuando menos sentido de la belleza. Espero.


Chity Taboada Pardo.





2/4/10

Plaza Wenceslao

  

















     
   No sé que fue. Tal vez el olor de los tilos mojados de lluvia o la historia de un reloj barato que adelantaba o atrasaba a su antojo y, sin embargo, siempre marcaba la misma hora que el reloj astronómico del Ayuntamiento de la Ciudad Vieja de Praga, la de las fachadas falsamente góticas tras de las que se elevan hacia el cielo las (esta vez sí) góticas torres de la Iglesia de Tyn. En Nuestra Señora de Tyn, para mi la más bonita iglesia de Praga, leí una vez que está enterrado Ticho Brahe, astrónomo y matemático danés que expulsado de su país, se estableció para siempre en Praga en el año 1557. Hans Christian Andersen le dedica en 1841 un texto emocionado en el que narra las visitas que sus compatriotas hacen a este sepulcro antes de acercarse a la Catedral para admirar el ataúd de plata que guarda el cuerpo de San Juan Nepomuceno.

      Es cierto, no sé que fue, pero de pronto me encontré recorriendo con la imaginación y el recuerdo, esa plaza de Wenceslao que parece una avenida en lugar de una plaza y en la que los checos se reúnen siempre que deciden escribir una página importante en la historia de Europa. Aquí, se proclamó la república, aquí, los tanques del ejército rojo entraron en 1945, y regresaron cuando en 1969 Juan Palanch se quemó muy cerca de la estatua de San Wenceslao, en lo alto de la plaza. El museo Nacional y el Rey Carlos IV,  vieron impasibles como el terror acababa con la primavera.

    Pero nadie ha sido capaz de acabar con la belleza de la ciudad de las torres, como se la suele llamar.
Por estas calles, entre la niebla, hay quien ha visto vagar a Kafka  como otro judío errante, o las sombras alucinadas de miles de almas en una nueva y mejor representación del teatro negro contra el cielo crepuscular de un tiempo ido.

    Yo tengo algunas veces la sensación de que, de todas las ciudades que me enamoraron, Praga es una a la que nunca volveré. Pero también tengo la seguridad de que jamás podré olvidarla.


                        Chity Taboada Pardo.