29/12/09

Un Poema De Roberto Bolaño


  

   Del Libro La Universidad Desconocida


         Ahora paseas solitario por los muelles
           de Barcelona.
          Fumas un cigarrillo negro y por
          un momento crees que sería bueno
         que lloviese.

        Dinero no te conceden los Dioses,
        mas sí caprichos extraños.
        Mira hacia arriba:
       Está lloviendo.

                           Roberto Bolaño.


24/12/09

¡Feliz Navidad!




                                      
            Los Reyes cruzan la noche
            de camino hacia la Luz.
            La luz nos la trajo un niño.
            Dios se ha llamado Jesús.

            Llegad pastores
            que en un pesebre,
            sobre las pajas
            se duerme el día.
     
            Ya las campanas
             tocan a gloria
             y sonriendo
             canta María.

             La Nochebuena tiene un milagro
             de nieve y oro, de paz y amor.
             Y los pastores van anunciando
              por todo el mundo que nació Dios.

                                                    Chity Taboada Pardo.

21/12/09

Frío, frío...





      Se ha estropeado la calefacción y volvemos a encontrar el placer de dormir abrigados bajo varias mantas como cuando la vida no era tan fácil, aunque no sé si más fría.

      Pero cuando llega la mañana  hay que salir a la intemperie de la luz y refugiarse en habitaciones pequeñas; esconderse dentro de algún libro para que la nieve, si llega, no nos busque en el País de Las Maravillas.

      La lectura es buen aislante ante los elementos adversos, ya sean meteorológicos o del cotidiano vivir, e incluso es capaz de calentarnos el corazón, tanto es el poder de la imaginación que se espabila al  transitar otras vidas de tinta y de papel.. Las tapas de los libros, si son de buen cartón, abrigan mucho. Los noctámbulos lo saben. Los vagabundos lo saben. Y también lo saben los pobres de la tierra, que están convencidos de que si La Internacional se editase con tapas duras podrían encontrarle la utilidad de abrigarse con ella. No es que el frío les haya vuelto reaccionarios ni a ellos ni a mí. Pero cuando la gente duerme en las aceras, o al desamparo de un portal cerrado. Cuando recuerdas o sufres otras mil penalidades y desvalimientos, la fé en un mundo más justo y mejor, como que se va perdiendo.

     Yo creo en la Humanidad pero me gustaría que se organizase mejor, que hilara más fino cuando elige a quienes van a ocuparse de organizar el mundo en que vivimos. Me gustaría que las ideas de progreso no fueran solo cosa de dilectantes.

     Hace frío hoy en casa. Hace frío en muchas otras casas siempre. Y no solo en Navidad. Y aunque también hay casas calientes y repletas, quienes las habitan sienten frío. Porque el egoísmo es perfecto cuando se trata de mantener helado el corazón. ¡Ojalá nuestros corazones nunca se hielen con esa clase de frío!

              Chity Taboada Pardo.

18/12/09

Navidad





   Desde hace algunos años, en mi postal de Navidad hay más huecos y este 2009 ha sido especialmente cruel. Entiendo ahora por qué,  a medida que nos vamos haciendo mayores, las Navidades se vuelven color sepia, como las fotografías del pasado y las luces y la música no hacen más que ahondar las cicatrices que nos dejan las ausencias; no nos permiten recordar con tranquilidad, en silencio, a quienes tanto quisimos y ya no están a nuestro lado.

   La foto que hoy pongo aquí, no es de mi jardín. Mis camelias son blancas y crecen a la orilla del mar donde es raro que nieve. Estas flores entre los copos (¿a que están muy bonitas?) vienen desde Chantada, la tierra de mi padre. Allí vi por primera vez la nieve sobre el paraguas de mi abuela que madrugaba para oir misa. Entró en mi cuarto e hizo volar los copos ante mi sorprendido despertar. Mi maravillado despertar. Por entonces el album de mi vida estaba todavía completo.

   Hoy, la nieve, los paraguas y la niñez se guardan en la luz del pueblo familiar, en los rincones asoportalados de sus calles, correteando por la alameda del río Asma que pronto va a encontrarse con el Miño.

   El sábado, en Chantada, en la Ribera del corazón de Galicia, nos reuniremos a comer un cocidito en familia. Taboadas a feixes, dice mi prima Pamen. Es bueno reunirse, aunque haya huecos. Es bueno recordar. Y añorar a los que, estén donde estén, no están con nosotros. Es bueno echar en falta a los que nos faltan y abrazar muy fuerte a los que nos quedan. Eso es lo más importante: Que nunca se nos queden los brazos sin gente querida  a la que abrazar.

                    Chity TaboadaPardo
 

9/12/09

Julio Cortázar

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      Quise elegir una fotografía  o una caricatura de Cortázar para ilustrar este texto de Manuel Vicent, pero no me decidí por ninguna. Al ser todas tan buenas, me pasó como a los niños cuando les das a elegir uno entre una bolsa de caramelos. No saben, no supe, con cual quedarme. Da igual. Todos lo tenemos identificaedo en la memoria con su pipa, su barba y su jersey  de cuello alto, como un capitán de barco varado en el Sena o en el Río de la  Plata. Aunque realmente París fué su ciudad y fué su tumba y sobre todo, fué su casa. Cortázar escribió para los niños que en el fondo éramos, y nos regaló la libertad que no teníamos. Y una nueva forma de jugar a la mariquitilla. A la Rayuela.

     Lo que sigue, es el inicio de una semblanza  de J. Cortázar que Manuel Vicent incluye en su libro Póquer de Ases y que acaban de regalarme. Me gustó tanto que quise compartirlo con vosotros. Pero os aconsejo el libro, que es una gozada. ¡Disfrutadlo tanto como yo!


       "Tenía las piernas demasiado largas para ser ciclista, pero se paseaba por París montado en una bicicleta que había bautizado con el nombre de Aleluya, por aquel París que de buena mañana, con las calles recién regadas, olía a cruasán y a pan caliente. Vivía como un estudiante y no era un estudiante; daba la sensación de estar exiliado y no era un exiliado; queda por saber si Julio Cortázar era realmente argentino y no un desarraigado, que había convertido la literatura fantástica, el jazz, la pintura de vanguardia, el boxeo y el cine negro en su única patria y París en una metáfora, en una cartografía íntima. Si ser argentino consiste en estar triste y en estar lejos, Julio Cortázar hizo de su parte todo lo posible para responder a ese modelo, que cada lector podía armar y desarmar a su manera."


      Todos los chicos de mi generación quisieron ser Cortázar. Todas las chicas quisimos ser La Maga. Y París la meta de  nuestros sueños vagabundos. Todo quedó en una tarjeta postal de Le Pont des Arts enviada desde París durante nuestras "lunas de miel".

                Chity Taboada Pardo.