25/10/10

Cristina Estudia



Cristina estudia y todo en casa está en silencio. El sol, aterriza suavemente sobre los limoneros y corona de fuego la tarde que es otoñal y fría. Casi de invierno. Han salido las primeras camelias, blancas, perfectas y altas como las uvas de la fábula. No hay quien les dé alcance. Sólo el viento. Cuando bajen un poco, cuando abran las que puedo alcanzar, cortaré unas cuantas para llevárselas a mi madre. Pero no tengo prisa porque ella, esté donde esté, ya las estará viendo. Siempre tuvo la facultad de mirar hacia arriba. Para que crezca el alma, decía. ¡Para que crezca el alma!

¡Ojalá cuando nos mire a nosotros, sus hijos, piense que nuestras almas han crecido parejas a la suya, y se sienta orgullosa!

Chity Taboada Pardo.