1/11/10

Los peques




         Daniela y Lucas pintan casas. árboles, caminos llenos de sol, estrellas punteando la noche; noche clara como el interior de sus sueños.

      Daniela y Lucas, juegan juntos y se cuidan el uno al otro. Se pelean algunas veces y se quieren siempre.

      Daniela sabe nadar y Lucas le tiene miedo al agua todavía. Ambos corren jardín adelante y arrancan flores para traérmelas medio rotas y sin tallo. Una hoja de hibisco. Un geranio maltrecho. Una alegría de la casa apretada en un puño. Un limón del tamaño de sus pulgares...

     - ¡Mira abuela!

      Y yo miro y sonrío.

       A mí me gustan esas flores estropeadas porque son un regalo de mis nietos. A ellos les gusta que me gusten y juegan a traerme más.

       ¡Me voy a quedar sin flores en el jardín!

        
                    Chity.

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