El poeta se asoma a la ventana
y ve latir el viento,
el corazón del viento,
en las alas de un pájaro.
El poeta,
echa a volar su imaginación
y la acompasa al ritmo
del corazón del viento,
y la acompasa al ritmo
del vuelo de los pájaros...
De golpe,
se produce el milagro
y late el verso.
Chity Taboada Pardo
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