8/5/09

Un paseo por el recuerdo

Hace unas noches, Serrat le puso música al olvido y cuantos habíamos ido a escuchar canciones que estrenó cuando con él fuimos más jóvenes, nos dispusimos a dar un paseo por la nostalgia desde las notas de la primera melodía. Pero pensándolo mejor, fue un paseo por el recuerdo ya que es difícil sentir nostalgia de un tiempo ominoso en el que la falta de libertad y el crimen se dieron la mano, por mucho que quiera iluminarlo la sonrisa de nuestra juventud perdida. Perdida, no malgastada. La mía estoy segura de no haberla gastado en vano. Y conozco a otros tantos que tampoco lo hicieron. Aunque vete a saber si el pasado fue tal como lo recordamos. Dice Javier Cercas en Anatomía de un instante que juramos haber vivido cosas
que no fueron en absoluto como nuestra memoria nos las trae al presente; el tiempo al transcurrir no desdibuja los recuerdos, pero los redibuja. Y casi siempre los mejora. Algo así nos enseñaba también nuestro profesor de filosofía de 6º de bachillerato: "La memoria utiliza sus mecanismos para olvidar el tiempo del dolor; las cosas que nos sucedieron y que no fueron agradables. Todo se suaviza, aunque no se olvide. Así la adolescencia, esa edad cruel en la que tanto sufrimos, es la etapa de nuestra vida de la que guardamos menos recuerdos". No es cierto que los 14 y los 15 años fueran maravilosos. (¡Bendito D. Rafael Capilla Díaz de López díaz, dónde quiera que estés! ¡Qué magnífico maestro y cuanto aprendí con èl y de él!).

Uno se cree
que las mató el tiempo y la ausencia...

Así empieza la canción de Serrat que habla de "las pequeñas cosas que nos dejó un tiempo de rosas" pero que ya él y todos sabemos que ni el tiempo fue solo de rosas ni eran las cosas tan pequeñas. Y aunque las conservamos en el recuerdo, la vida al pasar, les ha limado muchas de sus aristas.

La crónica del concierto de aquella noche, al que fui con mi hermano pequeño y querido y con su mujer, también muy querida; ó sea, con Alberto y Marta, nada tiene que ver con lo escrito hoy aquí. Era otra que no sé por qué derivó en estas líneas. No ha pasado mucho tiempo, pero sí muchas cosas en estos días y con ellas la pérdida de lo anteriormente escrito. Tal vez lo recupere en el cuaderno azul que no es azul y que tú hermaniño, me regalaste para guardar palabras y recuerdos. Quizá algún día ese cuaderno vuelva a tí y te encuentres en él la historia de aquella noche en la que con vosotros, aplaudí cada una de las canciones tantas veces tarareadas de Joan Manuel Serrat.


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