15/1/09

En Oseira








Camino de Oseira, y con muchísimo frío, paramos en San Clodio cercado por la helada. San Clodio es un Santuario de juguete, y lo digo por su tamaño, porque su belleza románica es mayúscula. El sol no era capaz de calentar el cristal de una mañana que olía ya a Navidad. Cuando llegamos al Monasterio de Oseira, además de pasearnos entre sus palmeras de granito e interesarnos por el nacimiento que bajo los arcos de piedra montaba un fraile amable y charlatán, visitamos a la Virgen de la leche y decidimos salir a tomarnos un café en un bar del pueblo. El único, el más cutre y carísimo, perdido entre aquellas soledades. Se pintaba el paisaje con los últimos colores del otoño y el invierno dejaba ya pasar el hielo por la puerta entreabierta. Ibamos entre amigos. ¡Menos mal! Siempre el calor de la amistad abrigándonos el alma. Para el cuerpo, pintan abrigos primorosos en El Corte Inglés.



No hay comentarios: