18/3/10

Cuando la literatura lo es de verdad.




          Cuando la literatura es de verdad uno se va dejando en ella la vida porque sabe que la vida también es de verdad y que su fuego es el que alimenta la literatura. No valen componendas, ni medias tintas, ni mucho menos tratar de engañar al lector diciendole que todo es una fábula. Sí. Es una fábula. Pero es la fábula que se teje con trozos del alma. Y entonces todo el mundo entiende que esa fábula, ya sea prosa o verso, pintura o música,susurro o grito, no le va a engañar porque debajo está el corazón de quien la escribe, la pinta o la compone.

          Hace algún tiempo yo descubrí a un poeta que se llama Pedro Casariego Córdoba. Al hombre que daba aliento a ese poeta, se lo tragó un tren al encuentro del cual fue voluntariamente. Y no sirve hacerse preguntas que no tengan otra respuesta que su poesía. Porque era de verdad y nunca quiso engañarnos con ella, ni engañarse.

          Dejaré algunos versos:

               Tú sigues siendo
               el misterio de las apariciones que nunca aparecen
               pero
               dentro de mí
              alguien
              cambió
              y no volverá a cambiar
              jamás

             Ya no hay llanuras en mis montañas
             ya no hay llanuras y yo
             yo olvido un sótano de recuerdos   dos sótanos llenos
             y persigo sombreros alegres para dejarse olvidar
             aunque ya saben
             los sombreros huyen
             y la alegría
            y los gatos que no nos felicitan.

            Olvido.


       Continúan los versos del poema uno tras otro hablándonos largamente de que lo que tiene dentro de sí es solo un gran dolor. Contándonos que el mundo  está desordenado y que es difícil vivir entre este desorden sin perder la cabeza, por repleta que esté de ideas, de música, de imágenes o precisamente po eso, porque no se adapta bien una cabeza tan llena de ideas, de poesía, a un mundo tan vacío de ideas y de poesía.

       Tú eres la voz de mi silencio
            nunca yo más sumiso.

       Pero me siento triste
            triste como aplauso que no tiene manos
                    como esclavo que olvidó su ira
                    como desierto del que huye el sol
                                 ........


          Merece la pena leer a Pedro Casariego, porque escribió con un gran dolor en las entrañas. Con una soledad en torno a sí que nunca pudo soslayar. Dolor y soledad fueron verdaderos no una fábula para convertir nuestros sueños en pesadillas y luego nada. Quedarse tan tranquilo: Vosotros no entendeis. Esto es literatura. Esto nunca ocurrió... Pero estaba ocurriendo en su corazón y nos lo contó como quien regala una vida. Y el anticipo de una muerte que llegó cuando el peso del mundo se había hecho tan grande que le impedía utilizar otro color que el negro. Cuando comprendió que ya no habría más "Cuadernos amarillo, rojo verde y azul"

                          Que me devoren
                           los lobos
                           y
                           que a tí te
                           devore
                           el tigre impar
                           de la felicidad.


       Esto fue escrito en el cuaderno azul. Y fue escrito para que lo entendieramos los que no sabemos de literatura. Para eso sólo necesitó escribirlo con la verdad. La verdad se entiende siempre o por lo menos se entiende que el escritor no quiso engañarnos con la belleza y nada más. La verdad y la belleza deben ir unidas para que el resultado nos emocione como una obra de arte. Para que el resultado sea una obra de arte.

       Pedro Casariego Córdoba era un gran hombre y un gran poeta. Nunca nos engañó. Yo cuando lo leo es lo que siento. ¡Nunca me engañó!


                         Chity Taboada Pardo

                  

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