27/4/09

Silencios

Me gusta el silencio y lo necesito dentro de mis días para ensimismarme algún rato y ver como me va yendo la vida. O para mirar el mar. O para contemplar un árbol, que cada vez me parecen más bonitos los árboles. O para no pensar en nada, que dejar las neuronas en reposo es algunas veces, paradójicamente, un buen ejercicio.

No sé como se puede apreciar la vida si no la dejamos pasar en silencio para ver de que color es. ¿A qué suena la vida? ¿Qué compases, qué ritmos dictan su melodía? ¡Cómo descansar de vivir sin morirte, si no fuera por el silencio!

Pero hoy el silencio ha sido por el fracaso de la esperanza. Porque hicimos el esfuerzo de esperar por la vida de alguien a quien quisimos: que nuestra esperanza fuese capaz de sostener su fuerza y su aliento.

Y no lo conseguimos. Y estamos cansados. Y en silencio, para recordar.
*
Chity.

1 comentario:

Yllari Chaska dijo...

El silencio fortalece cuando ocupa el espacio de las más hermosas palabras que no se pueden traducir desde el corazón, pero también cuando se pierde la esperanza, ese silencio que duele tensa la cuerdas del alma doblemente y nos hace mas fuertes.