Amistad es una palabra bonita detrás de la que se sobreentiende un sentimiento o una relación que tiene prestigio. Tener amigos es importante, eso lo sabe todo el mundo, tan importante como no llamar amigos a cuanto tutilimundi pasa alguna vez junto a nosotros. Como yo he sido cuidadosa con la Amistad, y he querido y quiero mucho a mis amigos, conservo casi todos los que a lo largo de mi vida decidieron conmigo que ser amigos merecía la pena; Que nos enriquecía una relación ó sencillamente nos hacía felices. No obstante, en ocasiones, el alejamiento, la disimilitud de nuestras existencias, la exigencia excesiva de la atención por una de las partes, ha convertido mi relación con algunas personas en algo tan agobiante que no era posible mantener. Esos amigos los dejé ir sin mucha pena porque pedían más que lo que eran capaces de dar, y la amistad es una mesa con cuatro patas. Si se desequilibra más vale dejarla caer que estar intentando todo el rato que no cojee. El esfuerzo hay que dejarlo para ocasiones que nos resulte grato perpetuar. Pero también ha habido otros amigos a los que he visto poco y sin embargo sentía unidos por un hilo sutil a mi corazón. Algunas veces ese hilo era una afinidad espiritual, una admiración por el buenhacer del otro en algún campo casi siempre relacionado con lA BELLEZA. ¡Las maravillosas fotografías de Javier Albertos; o la complicidad con la literatura de Víctor Balcells. Algunos amigos, (Macamen, años y años de convivencia sin roces, porque cada una sabía respetar el silencio de la otra y escuchar cuando era necesario y aconsejar sólo cuando se solicitaba el consejo). Macamen, mi amiga de oro, porque fue siempre bueno lo que guardó para mí en su corazón. ¡Qué suerte he tenido con su amistad y como espero que la mía sea para ella igual de importante y de gratificante! También Angel y Alicia. Ellos son de esos amigos a los que sabes que puedes acudir con una confidencia o un problema y que nunca te fallarán. No es necesario estar juntos todos los domingos y fiestas de guardar, pero cuando lo estamos es domingo y fiesta todo junto. Hemos pasado buenos ratos y es por lo mismo... Valoramos y practicamos el respeto y la lealtad. No hay amistad que resista si falta uno de estos dos componentes. Otros amigos lo son por su loca manera de vivir que nunca te hace daño, porque siempre dentro de su locura te dedican un recuerdo, te hacen saber que están viendo algo que a ambos nos gustaría, o al menos que a mí sí me gustaría. Así es Pablo, que me llama desde Peñíscola para decirme que tenía yo razón y que el Papa Luna debía haber vivido allí porque todo en esta localidad mediterránea hace referencia a su nombre, ya sea un paseo o un asador de pollos. ¡Qué falta de respeto, por Dios!!
Pero hay veces, en que el hilo que une a una persona con tu corazón, se queda flojo. Hay veces que sin saber la razón, al otro extremo de ese hilo no encuentras otra cosa que vacío y esa pérdida inesperada o inexplicada te merece dos lágrimas que no pensaste nunca derramar. Cuando la amistad se agota así, de esta forma, nos deja un poso de tristeza, entonces, es bueno revisar lo que queda en tí de ella, y si mientras duró, sirvió para enriquecerte, para hacerte mejor. Y si así ha sido, dos lágrimas por un amigo que se ha ido en silencio son un buen homenaje a lo que te dió durante el tiempo de la Amistad.
'El arte de la fuga según Mr. Nooteboom'
Hace 4 años